sábado, 1 de enero de 2011

LA DECORACIÓN EN EL ARTE ISLÁMICO

INTRODUCCIÓN

La decoración es esencial en el arte islámico. Mientras que en el occidental tiene un valor secundario, en el islámico juega un papel central. En occidente lo ornamental se aplica como adorno de la estructura del edificio, que es lo primordial. En las artes del Islam, la decoración llega a enmascarar los materiales constructivos. Lo invade todo.

El arte islámico es una expresión íntimamente ligada a la religión predicada por Mahoma. El Islam es una religión monoteísta, el Dios semita es inaprehensible de Él sólo conocemos sus nombres y atributos.

Así aunque en el Corán no existe una prohibición expresa de las imágenes sagradas si del peligro a que conduce la utilización de las imágenes: la idolatría. Por ello mientras que en el Cristianismo Dios se hace carne, en el Islam se hace palabra y geometría que se materializa en la profusa decoración que da unidad a todo el arte islámico desde China hasta España desde el siglo VII hasta la actualidad.

PRINCIPIOS DE LA COMPOSICIÓN

El ritmo repetitivo

Los patrones decorativos se obtienen repitiendo elementos simples entrelazados o superpuestos. Unido al gusto por la simetría, se consigue un efecto dinámico y armonioso. El detalle no prevalece sobre el conjunto. No hay tensión entre motivos, sólo equilibrio. La reiteración infinita de los temas es una metáfora de la eternidad que llena todo y una forma de plasmar la mutabilidad del universo. Dios es el único ser que permanece y por ello la naturaleza es apariencia

La estilización

Es decir, la desnaturalización de la naturaleza. El arte islámico, a diferencia del occidental, no imita la naturaleza. El musulmán piensa que imitarla con fidelidad es un acto de impiedad que lo enfrenta a Dios, el único Creador. Así, se produce la estilización de los motivos vegetales.

ELEMENTOS FORMALES

En su origen encontramos elementos griegos, romanos y de los pueblos de las estepas de Asia central. Pero, los artistas musulmanes crean una nueva forma de trabajar el repertorio ornamental heredado.

La Caligrafía

Es el arte de la escritura bella (G. FATAS y G. BORRAS, 1980). Es la manifestación artística más importante porque escribir es dar forma a la palabra de Dios.

La escritura árabe tiene una doble función: ornamental e iconográfica. Es el equivalente a las imágenes sagradas del arte cristiano, el medio por el que se transmite el mensaje divino.

El contenido de estas inscripciones es variado: versículos del Corán, mensajes piadosos, datos sobre sí mismas, textos poéticos, buenos deseos para el poseedor del objeto...

Hay dos tipos: cúfica y nasjí. La escritura cúfica es mayúscula, de gran tamaño y rasgos angulosos. Las letras son sobrias y rectas. La escritura nasjí es cursiva, de gran flexibilidad y fluidez. Es la escritura ordinaria.

Los motivos vegetales

Existe una evolución. A través de Bizancio, se toman del mundo clásico pero, con un nuevo ritmo compositivo. Los fundamentales son rosetas, palmetas, hojas de acanto, hojas de vid y roleos.
En época almohade predomina la decoración de hojas lisas. Posteriormente, los almorávides incorporan las hojas con digitaciones.

En los años siguientes las fórmulas varían poco: palmas de una hoja, con o sin cáliz, palmas de dos hojas, simétricas o asimétricas, arrolladas o no en volutas, y la denominada pimiento, con o sin cáliz.

Por influencia de la cultura persa sasánida se produce una estilización de los motivos vegetales, haciéndose irreconocibles. A este tipo de decoración se le denomina ataurique. Es la decoración vegetal inspirada en el acanto clásico, estilizada y muy utilizada en el arte califal cordobés (G. FATAS y G. BORRAS, 1980).

Los motivos geométricos

La geometría es muy importante en el Islam. A través de ella se representa la indivisibilidad de Dios. La forma perfecta es el círculo. Se utiliza como patrón que permite crear otros motivos. El diseño es sencillo, se aplican los principios de repetición simétrica, multiplicación o subdivisión. Se trata de un arte más intelectual que emocional, de base matemática.

Se utilizan ramas mixtilíneas entrecruzadas formando rombos, cintas trenzadas, meandros, dibujos en zigzag, ajedrezados y lazos formando estrellas. El mocárabe o mucarna es la decoración de prismas, yuxtapuestos y dirigidos hacia abajo, que acaban en un estrechamiento llamado prismático, cuya superficie inferior es cóncava. Forman a modo de estalactitas o racimos de estalactitas (G. FATAS y G. BORRAS, 1980). Se emplea especialmente en la arquitectura.

Los motivos figurativos

De manera generalizada, se cree que el Islam prohíbe expresamente la representación de figuras humanas y animales. No es cierto. Las representaciones figurativas sí están ausentes en los edificios religiosos y en los objetos de culto. Pero no en las obras de carácter civil. Como ejemplo baste recordar la ilustración de libros.

LA IMPORTANCIA DEL AGUA Y DE LA LUZ

Sin ser en sí motivos ornamentales, inciden en la decoración de manera especial. El agua es un complemento básico de la arquitectura islámica. A su valor ritual y simbólico se une su función refrescante. La luz sirve tanto para modificar los elementos decorativos como para crear otras formas ornamentales. Ambos incrementan el dinamismo de la decoración y aumentan el impacto visual del edificio.

A MODO DE CONCLUSIÓN

• La decoración es uno de los elementos que más contribuye a dar unidad al arte islámico, da a sus obras un sello peculiar que las hace fácilmente reconocibles.
• Está estrechamente ligada a la arquitectura. Aunque, a diferencia de occidente, el monumento islámico se caracteriza más por su decoración que por su estructura. No obstante, todas las manifestaciones estéticas van revestidas de decoración cualquiera que sea el material, el tamaño o la técnica empleada.
• La composición se basa en dos principios: ritmo repetitivo y estilización. Se repiten los mismos motivos porque no existe un vocabulario ornamental único para cada tipo de objeto o edificio.
• Aunque gran parte del repertorio ornamental es heredado, los artistas musulmanes crean una nueva forma de expresión. Cuatro son los elementos básicos: la caligrafía, los motivos vegetales, los geométricos y los figurativos. Forman una decoración profusa, caracteriza por el horror vacui. Todas las obras destacan por su elegancia y refinamiento.

Fuente: Extraído de Elena Sarnago Notivoli en Proyecto Clio Rediris

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